Todos sabemos lo importante que es pero… ¿en la práctica lo llevamos a cabo? ¿Cada cuánto tiempo lo cambiais vosotros?
Normalmente pensamos que el cepillo de dientes es nuestro mejor aliado para cuidar nuestra salud bucodental, y es totalmente cierto. Sin embargo, es una herramienta que, si tenemos vieja y descuidada, no podrá cumplir su función de manera óptima, llegando incluso a provocar el efecto contrario: cerdas deterioradas que no limpien en profundidad y bacterias acumuladas imposibles de eliminar.
La mayoría de los odontólogos coinciden en lo siguiente: debemos cambiar nuestro cepillo de dientes cada 3 o 4 meses. De hecho, estudios comprueban que a partir de los 3 meses de uso regular dejan de ser efectivos para eliminar restos de comidas y placa dental.
¿Y qué creéis que se debería hacer si pasamos por un proceso infeccioso, como por ejemplo una gripe? Por supuesto, lo ideal sería cambiarlo y así evitar que los gérmenes y bacterias vuelvan a penetrar en nuestro cuerpo.